Encinas y alcornoques nos saludan al paso por nuestra vía , que todavía compartimos con el GR48.
En esta explotación ganadera, su propietario nos relataba los muchos problemas por los que atraviesa la cabaña porcina.
Aquí los mayorales, en amena conversación, hablando de lo divino y de lo humano, probablemente de fútbol quien sabe a lo mejor de la crisis económica.
Un buen rebaño de cabras y sus dulces y deliciosos cabritos, que estaban diciendo: "Fernando cómeme esta paletilla, Raúl este costillar para tí, para la señorita Leo, otro costillar".
Al pasar este paso canadiense empieza la zona minera. Pronto veremos las escombreras con las escorias de la actividad minera de extracción de hierro y cobre.
Son surcos del azar los caminos
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